martes, 21 de febrero de 2012

Alta tecnología para proteger el Garaje 2.0


Tecnología de vanguardia para un edificio que se persigue que también lo sea, y todo eso cocinado en los laboratorios de la puerta de casa por cinco cerebros 'made in' Uex. Es la esencia del sistema de seguridad que se instalará en el Garaje 2.0 y que ya está desarrollando la empresa Mobbel, fundada por cinco informáticos que rondan la treintena y con base en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión de Cáceres, de cuyos despachos salió un modelo de reconocimiento biométrico, que es como se conoce a aquellas aplicaciones basadas en el reconocimiento de alguna característica biológica o del comportamiento de alguna persona. Lo que hace este equipo de informáticos es aplicar esa cualidad a la seguridad, porque permite identificar a las personas de forma segura y única.
"Lo que se va hacer es proteger las salas más especiales de la Factoría de la Innovación, que es una de las plantas del Garaje 2.0. De ellas es especialmente sensible la protección de una de ellas en la que habrá demostraciones de productos que desarrollan las empresa y que suponen inversión no solo económica sino también intelectual que hay que proteger", señaló ayer el concejal de Fomento e Innovación Jorge Carrasco. Para ello las puertas de estas salas tendrán un sistema de reconocimiento biométrico que permitirán solo el acceso a las personas autorizadas.
Carrasco defendió que este sistema ofrece ventajas respecto a los sistemas de seguridad tradicional a través de vigilantes, empezando por el coste. "La vigilancia del Embarcadero nos costaba 140.000 euros al año. Y además no es innovadora y había que hacerla innovadora", señaló.
YA ESTA EN USO Instalar el sistema de reconocimiento biométrico costará 17.000 euros y pondrá a este espacio en la vanguardia en cuanto a seguridad, porque no hay ningún edificio público en la ciudad que utilice un sistema como este. Será similar al que ya utilizan algunos bancos para garantizar la seguridad a sus clientes en las operaciones en bolsa vía internet, también desarrollado por el mismo equipo de ingenieros con sede en Cáceres.
Una vez instalado, la dinámica de este sistema de seguridad es sencilla. Basta con que la persona que lo va a utilizar utilice una fotografía para tomar una imagen del rasgo biométrico que se va a medir, para que el sistema estudie si está o no autorizado a acceder a esa sala. Puede ser el iris, la huella dactilar, un gesto e incluso la firma. A continuación se sitúa la imagen que ha capturado el teléfono móvil sobre el receptor que habrá en la puerta y se abrirá o no en función de que haya, o no, permiso para esa persona.
El sistema estará desarrollado en poco menos de dos meses, aunque no comenzará a funcionar hasta que no se ponga en marcha el espacio, que Carrasco dijo que podría ser a lo largo de este año, una vez que termine la urbanización de la zona y esté completamente equipado el espacio.



Fuente: Diario Extremadura
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