Recuperar sin nostalgia. Es una de las claves del proyecto de reforma del poblado minero de Aldea Moret, obra de dos jóvenes arquitectos españoles, Urtzi Grau, de Bilbao, y Cristina Goberna, de Sevilla. El proyecto ganó un concurso de ámbito europeo, denominado Europan, en 2006, y ha sido base del Plan Especial aprobado por el Ayuntamiento. Ayer fue publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) para permanecer en exposición pública durante un mes. Los arquitectos creen que es necesario acometer la intervención de manera urgente para evitar que continúe el deterioro o la desaparición de edificaciones todavía en pie.
Urtzi Grau y Cristina Goberna fundaron Fake Industries Architectural Agonism, un despacho de arquitectura con sede en Sevilla, Nueva York y Australia. Grau, de 37 años, dirige actualmente el Máster de Arquitectura Avanzada y Pensamiento sobre Ciudades de la Universidad de Sydney. Este año han ganado el concurso del nuevo velódromo nacional de Colombia, en Medellín.
Del proyecto del Aldea Moret, Grau señala, en primer lugar, que el objetivo principal «es recuperar la memoria del poblado minero de una forma no nostálgica». Recuerda que el poblado ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y que se trata de «un monumento que todavía está vivo, en el que el patrimonio inmaterial de poblado es tan importante como sus edificaciones. Solo tiene sentido poner ambos a la misma altura, es decir, por un lado conservar la arquitectura que ha sobrevivido y recuperar la que ha desaparecido y por el otro asegurar que la energía humana, cultural, ecológica e histórica del poblado se mantenga viva. Cada decisión del proyecto actúa a esos dos niveles: recuperando la memoria del proyecto, su historia, su valor, y proyectándolos hacia el futuro».
Sobre las edificaciones de este núcleo minero, el arquitecto explica que el poblado «sigue un modelo de urbanismo utópico de las colonias industriales británicas del siglo XIX, importado por Segismundo Moret. Por esa razón, funcionaba de manera autónoma desde su construcción. Tenía su propio comedor, cantina, unas escuelas laicas, un pequeño jardín botánico, una piscina, etcétera. El uso mixto de plantas bajas recupera esa independencia funcional adaptada a la condición actual».
Usos
Preguntado por la propuesta de recuperación y usos de las edificaciones, Cristina Goberna aclara que las construcciones del poblado «seguirán siendo residenciales, pero el ordenamiento permite un uso flexible de las habitaciones con acceso directo a la calle. Pueden ser parte de la vivienda o acoger una actividad terciaria o ambos. Lo llamamos uso superfosfatos, ya que alimenta el crecimiento».
«La idea -añade- es eliminar las trabas para la aparición de negocios familiares, pequeñas tiendas, cafeterías, talleres de profesionales creativos y asegurar que el poblado mantenga su autonomía funcional evitar que se convierta un barrio dormitorio».
Actualmente, permanecen en el poblado una docena de familias, pero ¿cuántas de las antiguas viviendas y edificaciones han desaparecido y habría que recuperar?». A este respecto, Urtzi Grau afirma que hay que agradecer a los habitantes del poblado «el increíble esfuerzo por mantener la memoria de este ejemplo de urbanismo utópico viva. Ellos son los que, con sus cuidados, han conseguido que su arquitectura haya llegado hasta nosotros. Ellos son los que, tras el sospechoso incendio de las oficinas, recogieron y guardaron los restos del archivo del poblado. Ello son los que, a pesar de la compleja situación legal, se negaron abandonar el poblado a su suerte, evitaron que se demoliera y forzaron la intervención de las instituciones».
Viviendas
Tras indicar que el número total de viviendas varió a lo largo de la historia del poblado, explica que el proyecto «recupera la densidad original y respeta las distribuciones originales adaptándolas a la normativa actual. Por ejemplo, en el poblado original solo las viviendas de mayor nivel tenían baños y otros servicios. La parcela vacía de las escuelas, demolidas en los años 90, se completa con el mismo tipo de viviendas, al igual que el bloque desaparecido de las oficinas. Por esta razón, en el diseño final aumenta moderadamente la cantidad viviendas asegurando que el poblado recupera su activo carácter original».
Respecto del coste de la recuperación de viviendas demolidas y de otros edificios, recuerda que el poblado es propiedad de la Junta de Extremadura en casi el 70 por ciento y el resto de la empresa Pronorba, que ha construido el colindante residencial Río Tinto. «Como en todo plan urbano, son ellos los que se reparten los costes de urbanización», subraya. Preguntado por los posibles plazos de intervención, afirma que ello depende de «de la voluntad institucional», pero está convencido de que es necesario abordar «una actuación urgente para que las partes del poblado más deterioradas, como el laboratorio o la vivienda asociada a las oficinas, no desaparezcan del todo».
El proyecto mantiene las casas que están conservadas y reconstruye las desaparecidas. La intervención en el patrimonio existente depende del estado de conservación: «El adobe y el tapial son materiales que, si no se cuidan, literalmente, se disuelven y abundan en el poblado. Por eso, cuando una edificación entra en estado de ruina tarda poco en desaparecer», explica para añadir a continuación que algunos edificios necesitan actuaciones urgentes y otros necesitan ser consolidados.
El proyecto -continúa- incluye un catálogo de preexistencias que identifica la condición de cada una de las edificaciones y propone el nivel de intervención. En nuestras conversaciones con la Junta de Extremadura hemos recalcado la necesidad de estas intervenciones y de la necesidad de apoyo público para llevarlas a cabo».
Urtzi Grau matiza que aunque un proyecto urbanístico no puede definir las ayudas oficiales para rehabilitación, sí incluye la lista de habitantes del poblado y sus casas: «Dada la complejidad legal del estado del poblado, el reconocimiento de los habitantes sirve de herramienta a la Junta como para los vecinos para buscar una solución».
Información del Diario Hoy.es
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